El 8 de marzo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer, y es una gran oportunidad para repasar algunos conceptos que aún hoy en el siglo XXI siguen siendo tabú para muchos, como la sexualidad.
Poder disfrutar de una sexualidad libre es parte de una vida plena. Sin embargo, el término “sexualidad plena” para cada mujer es diferente y depende de varios factores como edad, etapa de la vida, cambios físicos y psíquicos, experiencias y hasta paradigmas o programas socioculturales.
La mayoría de los académicos afirman que las mujeres llegan al pico máximo de autoconocimiento y disfrute sexual posterior a los 40 años, cuando han atravesado ya múltiples experiencias. Hoy, en tiempo de feminismo y de derrumbe de mitos y creencias es importante repensarlo.
Desde hace un tiempo la hiperconectividad y la gran información ponen a la mujer en un lugar de sobre exigencia: deben estar impecables en materia estética, ser independientes, madres, y además estar siempre dispuestas para tener sexo. Lejos de “liberar” la sexualidad de las mujeres estas exigencias sólo presionan más sobre un modelo patriarcal y un estereotipo de mujer perfecta.
Para que el cambio se realice, debemos propiciar la exploración del deseo propio y el autoconocimiento y así tener consciencia de una misma. La clave es dedicar tiempo para nosotras mismas y para explorar la vida sexual, pero sobre todo, derribar los mitos que atan a las mujeres cuando hablamos de salud como por ejemplo:
- Cuando comienza la menopausia se acaba la vida sexual plena.
- Con incontinencia urinaria no puedo disfrutar del sexo ni vivir una historia de amor.
- Si sufro de enfermedades como el cáncer de mama es imposible tener relaciones íntimas.
Estas son sólo algunas de las creencias limitantes que desaniman a muchas mujeres a avanzar con sus vidas en materia sexual, y en todos estos casos, con la guía adecuada de un médico especialista, se puede disfrutar de la vida sexual.
La información y educación desde temprana edad son clave para que las mujeres puedan vivir una vida sexual activa, placentera y sana, aún en etapas de la vida como la menopausia o con enfermedades como el cáncer o la incontinencia urinaria.
Es importante que las mujeres venzamos el miedo y el pudor, consultemos siempre a los médicos especialistas para orientación y en caso de ser necesarios conocer los tratamientos adecuados para comenzar a disfrutar del sexo de forma libre y plena.