Se terminaron las vacaciones, pasó el fin de semana XXL de Carnaval y es momento de activar e iniciar de manera definitiva el año.
Y aquí comienzan a cenar las frases «todo lo bueno se termina», «lo malo de irse es volver», «recién terminan mis vacaciones y ya estoy agotado» y una lista de frases que van en el mismo sentido porque, en general, luego de este segmento de descanso, la mayoría de las personas sufren algún tipo de angustia o añoranza por el ocio perdido. Conocedores de este padecer, los especialistas del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) elaboran cada año un informe sobre el «estrés postvacacional» para evitar que sus efectos negativos alteren el descanso anhelado y que puedan iniciar el año de manera óptima y sin estrés.
Es normal regresar de las vacaciones añorando el período de descanso perdido, el panorama cambia cuando esa “añoranza”, se transforma en algo más: depresión, nerviosismo generalizado, irritabilidad, ansiedad, y hasta a veces, sintomatología física que acompaña estos «estados de ánimo», lo cual impide continuar con la vida normal.
Según un informe del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) es este el período en que se nota un crecimiento de las consultas de pacientes que padecen cuadros de Trastornos de Ansiedad tras volver de sus vacaciones.
El equipo de profesionales del CEETA está disponible para consultas o entrevistas sobre el tema. Comunicarse al 0230-4664772 ó Enviar whatsapp aquí 11 5312 6795 para concretarlas o enviar un mail a fernanda@quasarcomunicacion.com.ar
“Hoy día, es más que frecuente encontrar en nuestras consultas a lo largo del año a pacientes que explican que su problema comenzó un tiempo luego de las vacaciones, que están nerviosos, angustiados y sobresaltados, todo les preocupa, transpiran mucho, tienen taquicardia y problemas para dormir. En ciertos casos, acompañan del relato de una crisis de pánico, como corolario”, explica la Lic Gabriela Martínez Castro (MN 18627), Directora del CEETA cuya sede central está en Pilar (Buenos Aires).
Esto se da porque durante el período de descanso cambia nuestra rutina, nuestra alimentación, nos levantamos más tardes, nos acostamos luego de la hora acostumbrada, etc. Luego, una vez en la rutina diaria, cuesta retomar el ritmo habitual del resto del año
Para mitigar o evitar de la mejor manera posible el estrés post vacacional CEETA brinda algunas recomendaciones: equilibrar en la agenda las horas de sueño, tener una alimentación balanceada, mantener tiempo de ocio y recreación, fijar períodos de tiempo dedicado al trabajo, estudio o demás obligaciones, y hacer ejercicio al menos tres veces a la semana. En el orden de lo posible, tomar periodos cortos de descanso durante el año.
También es recomendable resolver los problemas de a uno, dividiendo cada uno en diversos ordenes de complejidad, proponiendo una alternativa de solución para cada uno, eligiendo la opción más realista posible, o aprendiendo a aceptar que dicho problema no posee solución.
Es necesario cambiar la visión negativa o catastrófica sobre los acontecimientos por suceder, reemplazando esa mirada, por otra más realista y mesurada a la hora de evaluar la realidad.
Y siempre recordar que no hay que intentar controlarlo todo, de hecho, es una tarea utópica
“En el caso no lograr manejar adecuadamente la situación de estrés, es aconsejable no perder tiempo y evitar que el cuadro avance, ya que puede resultar incapacitante para quien lo padece. Es aconsejable consultar a un experto en la materia, dado que con la terapia cognitivo-conductual (tratamiento de elección), se hace posible obtener el alta en pocos meses”, concluyó la Licenciada Martínez Castro.
Los trastornos de ansiedad son variados, pero en lo que al estrés post-vacacional se refiere, dos de ellos son los que se destacan:
Por un lado está el Trastorno de Pánico, que consiste en padecer una crisis inesperada y repentina, que alcanza su máxima intensidad a los 10 minutos de haber comenzado, acompañada de algunos síntomas físicos como la taquicardia, temblores, sudoración, visión borrosa mareos u sensación de inestabilidad, dificultades gastrointestinales, sensación de ahogo y de un intenso terror a morir, perder el control o volverse loco.
“En general la persona teme volver a padecer otra crisis, y por tal motivo, va restringiendo las actividades de su vida cotidiana, hasta quedar incapacitado por el miedo, y bajo la dependencia de otros, por temor a necesitar recibir ayuda en caso de una nueva crisis”, agrega la Lic. Martínez Castro.
Otro tipo, es el trastorno de ansiedad generalizada, se trata de una preocupación excesiva, por diferentes temáticas que pueden ser o no graves, reconociendo que la magnitud de la preocupación sobrepasa los motivos que la suscitan, sin lograr controlarla., además de no poder jerarquizar adecuadamente el orden de importancia de los problemas que lo preocupan. Quien lo padece, vive sobresaltado, irritable, fatigado, con dificultades en el sueño, temblores, sudoración, sensación de ahogo o atragantamiento, palpitaciones problemas gastrointestinales , hasta puede padecer una crisis de pánico.
“Es altamente probable desencadenar un trastorno de ansiedad generalizada luego de un período de descanso, como lo son las vacaciones, cuando el individuo vuelve a tomar contacto con las obligaciones cotidianas, puesto que la preocupación indiscriminada por todas las temáticas, está al acecho. Este tipo de trastorno podría ser el que mayor merece el nombre de “estrés post-vacacional”, asegura Martínez Castro.
Cabe destacar, que no cualquier persona puede sufrir de Trastorno de Ansiedad Generalizada, sino aquellas que tengan predisposición genética para hacerlo, además de haber crecido dentro de un entorno temeroso, sobre protector y ansioso. También, por último, disponer de un elemento estresante que desencadene la enfermedad.
Y para tener un año libre de estrés, el CEETA difunde algunos tips para prevenirlo, eliminarlo o bajar sus niveles.
- Cómo se previene el estrés?
• Buscando un estado físico y emocional más saludable.
• Conociendo y manejando las situaciones que nos provocan estrés para poder reducir y eliminar las manifestaciones del mismo.
• Aprendiendo a realizar entrenamiento en Relajación. (Dado que la relajación devuelve al organismo su estado natural de equilibrio, normaliza los procesos físicos, mentales y emocionales).
Consejos para eliminar o bajar el estrés
• No preocuparse por aquello que no se puede controlar
• Hacer algo con relación a lo que sí la persona puede controlar
• Prepararse lo mejor posible para posibles situaciones a enfrentar, que son agentes de estrés, como exámenes, entrevistas laborales, eventos sociales y otras
• Pedir ayuda Vs. el “yo puedo todo solo”
• Aprender a delegar VS. “Yo lo hago Mejor que los demás”
• Fijarse metas cortas y realistas
• llevar un registro escrito de las tareas a realizar para que no ocupen lugar en nuestra mente. Jerarquizar las tareas según el grado de importancia
• Hacer actividad física, salir a caminar
• Seguir una dieta balanceada de acuerdo a las necesidades calóricas de cada uno
• Corregir pensamientos catastróficos
• Procurarse pequeñas satisfacciones cotidianas
• Evaluar realísticamente el tiempo que nos va a llevar cada tarea para realizar una adecuada planificación de nuestras tareas. Ello evitara corridas innecesarias.
• Reservar momentos del día para el descanso, actividades sociales y recreativas.
• Tomarse un tiempo para los intereses y pasatiempos personales
• Rescatar los aspectos positivos de las situaciones y no sólo centrarse en los negativos.
• Planear actividades divertidas.
• Asegurarse de dormir lo suficiente. Los buenos hábitos de sueño son una de las mejores maneras de manejar el estrés.
• Adoptar un estilo de vida que respete nuestras necesidades biológicas, psicológicas y sociales
• Evitar la queja dado que la misma no nos permite definir el problema ni encontrar una solución o cambio a lo que nos preocupa.
• Ser realistas
• Disfrutar sin penitencias
• Escuchar al cuerpo cuando nos pida que disminuyamos la velocidad o que tomemos un descanso.
Técnica para resolver problemas concretos
Finalmente, el CEETA recomienda una técnica efectiva para la resolución de problemas concretos, en 8 pasos.
1- Definir el problema
2- Descomponerlo en pequeñas partes
3- Analizar causas posibles del problema
4- Identificar un conjunto de posibles soluciones
5- Seleccionar una solución
6-Desarrollar un plan de acción
7-Poner en práctica el plan de acción selecto
8-Evaluar el proceso
Y también hay que tener en cuenta realizar meditación, yoga o ejercicios de respiración o relajación; una música tranquila o los propios sonidos de la naturaleza ayudan a encontrar el punto de relajación adecuado.
Lograr comunicarse acertivamente para evitar «malos entendidos» y poder expresar correctamente lo que queremos decir.
Organizar las tareas, no dejar pendientes porque esto queda en nuestra cabeza y no permite la relajación. Organizar correctamente de acuerdo con objetivos y prioridades.
Disfrutar de momentos en familia, con lo que nos gusta, caminar, hacer ejercicio físico o simplemente «nada».
Una buena alimentación, saludable y balanceada, ayuda a bajar los niveles de estrés.
Intentar dejar de lado las multitareas, abocarse a un tema por vez, para destinarle a cada cosa el tiempo y la atención que se merece.
Es bueno también darse los gustos, ocuparse de uno, hacer lo que a uno le reconforta ayuda a nivelar la ansiedad y manejar el estrés.
El Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) tiene su sede central en 46 Plaza, Edificio Agora 3, 1º piso oficina 109 (Ramal Pilar Km 46). Teléfono: 0230-4667175 o al 011-4788-6245 / www.ceeta.org También tiene sedes en Parque Patricios, Barrio Norte, Belgrano, San Isidro, Morón, Lomas de Zamora, Avellaneda y Quilmes, entre otras. En facebook, la fan page es https://www.facebook.com/ansiedad.ceeta Consultas por WHATSAPP: +54 9 11 4402 7733
Acerca de la Lic. Gabriela Martínez Castro
Gabriela Martínez Castro es Licenciada en Psicología egresada de la Universidad de Belgrano en 1991. Máster en Psicología Clínica en México.
Post-grado en Trastornos de Ansiedad de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad. Psicoterapeuta Cognitiva-Conductual, orientada al trabajo con Trastornos de Ansiedad y Trastornos de la Personalidad.
Formación en Terapia Cognitivo Conductual de Tercera Ola en la Fundación Favaloro.
Ex coordinadora docente de la cátedra de Psicología General en la Universidad de Belgrano. Ex coordinadora del Departamento de Psicodiagnóstico del Hospital Francés, área de Consultorios Externos.
Miembro de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad.
Directora de CEETA (Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad)
El Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) tiene su sede central en 46 Plaza, Edificio Agora 3, 1º piso oficina 109 (Ramal Pilar Km 46). Teléfono: 0230-4667175 o al 011-4788-6245 / www.ceeta.org También tiene sedes en Parque Patricios, Barrio Norte, Belgrano, San Isidro, Morón, Lomas de Zamora, Avellaneda y Quilmes, entre otras. En facebook, la fan page es https://www.facebook.com/ansiedad.ceeta Consultas por WHATSAPP: +54 9 11 4402 7733
Acerca de la Terapia Cognitivo Conductual de Tercera Ola o Tercera Generación
Se trata de una innovadora terapia cognitivo conductual, que a diferencia de otras terapias, se aboca a modificar comportamientos y pensamientos. Está orientada hacia el presente, se investiga el funcionamiento actual. El énfasis de la TCC está puesto más en el “Qué tengo que hacer para cambiar” que en el “Por qué”. Muchas veces, el explorar expresamente y conocer cuáles son los motivos de lo que nos ocurre no alcanza a brindar una solución y no es suficiente para producir un cambio.
Es una psicoterapia basada en la evidencia y con un basamento científico y 100% comprobado. Los resultados se ven en el cortísimo plazo. El paciente tiene un papel activo, con tareas para realizar dentro y fuera de la sesión a través de la aplicación de las herramientas que se le brindan.
La terapia cognitiva conductual de tercera ola o tercera generación cuenta con numerosos aportes validados científicamente en los últimos años. Son las denominadas Terapias de Tercera Generación o Contextuales.
Son modelos de intervención que ponen su foco de atención en el contexto y la función de nuestros eventos privados como ser los pensamientos, emociones, sensaciones en lugar de su contenido, frecuencia o duración. La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), uno de los nuevos modelos de tratamiento que ofrecen las terapias contextuales, es uno de los mas reconocidos con evidencia empírica. El objetivo de la misma es lograr flexibilidad psicológica ante las situaciones difíciles de la vida y ante el sufrimiento, entender que nuestra vida es significativa y valiosa aun cuando sufrimos.
Utiliza diferentes técnicas como Mindfulness y ejercicios experienciales entre otros.
Se pueden medir los progresos obtenidos desde la primera sesión, se administran cuestionarios y planillas en los que se evalúan los síntomas específicos, en su frecuencia, duración, intensidad y características. Esta medición es repetida periódicamente hasta la sesión final, para tener una idea del cambio obtenido. La relación terapeuta-paciente es de colaboración y activa. Paciente y terapeuta se comprometen a trabajar con un objetivo común. Los pacientes pueden aportar sugerencias y participar en el diseño de las tareas para el hogar.
En muchos casos, se utiliza la biblioterapia, que consiste en que el terapeuta recomiende o facilite libros, folletos o apuntes acerca del problema para que el paciente se informe de lo que le sucede. Tiende a fomentar la independencia del paciente. Está centrada en los síntomas y su resolución. Se definen objetivos concretos a lograr. La meta de la TCC es eliminar, o al menos reducir los síntomas, y postula que si desaparecen, por ejemplo, los síntomas de pánico, inmediatamente también va a haber una mejoría en otras áreas, sin que aparezcan otros síntomas que los reemplacen. Pone énfasis en el cambio. Se le solicita al paciente practicar nuevas conductas y cogniciones en las sesiones, y generalizarlas afuera como parte de la tarea. Desafía la posición del paciente, sus conductas y sus creencias. Se centra en la resolución de problemas. Utiliza planes de tratamiento. Generalmente, la terapia utiliza planes específicos de tratamiento para cada problema, no utilizando un formato “único” para las diversas consultas. Propone una continuidad temática entre las sesiones. Es decir, más que simplemente decir que funciona, esta comprobado que funciona.
Los recursos disponibles en este portal, son de carácter informativo y no constituyen ni reemplazan el asesoramiento y tratamiento profesional.