Entre los consumos cubiertos por estas demandas, se destacan la atención médica, con visitas al médico hasta medicamentos y cirugías. Asimismo, los costos de rehabilitación, las terapias físicas y ocupacionales, gastos de bolsillo personales y personal de ayuda también están incluidos.
Pocas cosas resultarían más traumáticas que sufrir una lesión personal grave o el fallecimiento de un familiar en un accidente serio. Representaría uno de los momentos más decisivos en la vida de la mayoría de las personas. En medio del terrible shock traumático por lo vivido, se sumarían las costosas facturas por tratamientos médicos, que por lo general se acumulan hasta representar una carga económica fuera de control.
Mientras la víctima de una lesión busca una forma de ganarse la vida para afrontar sus nuevos gastos, además debe tolerar las consecuencias del accidente, como el dolor, la angustia y el sufrimiento. Si estos costos no se toman con toda la seriedad y el profesionalismo que requieren, pueden finalizar representando la quiebra para la víctima del accidente o para la familia de quien lo padeció, principalmente si esta pierde su trabajo o la capacidad para trabajar durante meses.
En muchas ocasiones, el ciudadano desconoce qué gastos están cubiertos en una demanda por lesiones personales. Son múltiples los consumos económicos generados por un accidente, y la víctima posee el derecho a ser compensado por todos ellos. Como primera medida, deberán ser cubiertos los gastos médicos de los que no se hizo cargo el seguro, en caso de que la víctima posea uno. Esto incluye todo tipo de atención médica, desde las visitas al médico hasta medicamentos y cirugías.
Seguidamente, entre los gastos cubiertos por una demanda por lesiones personales, se destaca la presencia de los costos de rehabilitación, cuidados proporcionados por profesionales médicos en una clínica o domicilio particular, sumados a terapias físicas, ocupacionales y del habla, entre otras. Además, los gastos de bolsillo personales pueden ser cubiertos; si la víctima debe realizar pagos extra por la incapacidad generada por la lesión, ya sea en el cuidado de sus hijos, limpieza del hogar, chofer u otro personal de ayuda, el cual que no necesitaba antes de su lesión, son gastos que por lo general pueden compensarse.
Además, se hallan otros gastos cubiertos por este tipo de demandas. En el caso de que la víctima haya perdido por su incapacidad, la oportunidad de generar ingresos económicos trabajando, estos salarios perdidos son compensables. Debe calcularse el tiempo que no podrá trabajar y las consecuentes reducciones de ingresos causadas por sus lesiones.
Para ocasiones más extraordinarias, existe la posibilidad de que se vean cubiertos gastos por el dolor y sufrimiento ocasionados por la lesión, por los daños generados en alguna propiedad cuando corresponda y por la pérdida de experiencias como vacaciones, eventos sociales y hasta por la vergüenza atravesada, casos particularmente subjetivos. Estos daños más particulares, suelen ser menos concretos y no poseen un valor económico específico.
Los gastos que se encuentran cubiertos en una demanda por lesiones terminales suelen terminar acá. Pero existen aún más situaciones extraordinarias, donde la víctima puede llegar a ser reconocida con daños punitorios. Si bien estos son otorgados en muy pocas ocasiones, pueden conseguirse si el demandante es capaz de demostrar un patrón de mala conducta repetida por parte del demandado, o que su conducta fue específicamente cruel. Allí la decisión de otorgar estos daños punitorios quedará en manos de un jurado y en la posterior aprobación de un juez.
En conclusión, y en base a las características particulares de cada lesión personal, un ciudadano posee el derecho por ley a recibir una indemnización económica. Para conseguirla, deberá presentar en tiempo y forma una demanda por las lesiones personales, con todas las particularidades de su caso y las pruebas que lo apoyen. No actuar de manera rápida podría traer como consecuencia la recepción de una indemnización menor a la correspondida, o directamente no obtener nada en absoluto. Para evitar esto, la víctima necesitará tener de su lado el apoyo y la asesoría legal de una defensa agresiva, profesional y experta en este tipo de casos, que le garantice la mejor lucha por su derecho a una indemnización completa.
Tan pronto como sea posible después de un accidente, al estar seguros del carácter que revisten las lesiones personales, lo más recomendable es contactar una firma legal profesional y experta en estos casos, como los abogados de lesiones personales de Houston. De esta manera el asunto estará en las mejores manos, y la víctima tendrá toda la tranquilidad de saber que lo peor ya pasó y que todo lo que pase en el futuro servirá para recuperar lo perdido.
La mejor opción para la víctima de lesiones personales siempre será contratar un bufete de abogados con décadas de experiencia en ello, reconocido por una sólida reputación ganada en base a su confiabilidad y profesionalismo, para que este luche por sus derechos. Esta firma legal deberá encontrarse certificada en Derecho Procesal de Lesiones Personales y conocer a la perfección el sistema legal del país y del estado donde se desarrollen, de manera que el cliente solo deba presentar toda la documentación correspondiente y descansar con total tranquilidad, preocupándose solamente por su recuperación.