Moverse en un sitio histórico, deberse al barrio, mantener la raíz sin convertirse en un souvenir, explotar el valor diferencial con profundo arraigo de tradiciones… ese es un balance exprofeso que desarrollaron los dueños de Merci, en el Mercado de San Telmo, para darle identidad a un bistró con toque porteño.
Dos franceses con más de una década instalados en Buenos Aires, dieron vida a un sitio que es una mezcla que invita. Panadería, pastelería, bar y restaurante, todo en un mismo lugar que está ampliándose por el éxito obtenido. Mientras conservaron la identidad del sitio que los alberga, han diseñado un espacio que gana en identidad. Con una enorme cocina a la vista y un mostrador que, como si se tratara de una pasarela de la semana de la moda, exhibe todos los «modelos» que esperan para ser «vestidos» por las bocas de sus visitantes.
Comprar una baguette o probar una quiche, recurrir a una tartin y que de pronto se suba un chorizo o una morcilla son todas posibilidaes presentes. Un cierto espíritu bohemio y nostálgico se encuentran armoniosamente entre las tradiciones que enarbolan en Merci y el entorno que pone como escenografía en Mercado de San Telmo.
A pan, pan
El pan atraviesa la esencia de Merci. Por un lado porque nació como emblema del barrio al que respeta en términos de calidad y oferta de precios. Por otro lado, porque la estética se monta en esos increíbles protagonistas que con formas, aromas y colores, que visten los estantes con sorpresa cotidiana. La típica baguette, el pain de campagne se ven como saben.
Sus panificados fermentados sólo de masa madre. Trabajan con una línea tradicional de panes con fermentación en frío: se hacen un día y fermentan durante 24 hs.
Pero nada queda allí… la pastelería huele a París y se ve exultante. En masa viennoiserie, trabajan el hojaldre y la masa de brioche. Merci ofrece una alternativa para toda hora. Para despuntar el vicio con un café y un pain du chocolat, o para recurrir a sus jupos y limonadas, o bien para introducirse a una gastronomía ligera signada por las esenciales bases francesas, con un sabio recurso argentino aplicado en toques sutiles aquí y allá.
En la carta se incluyen sandwiches vegetarianos, de pollo, cubanos, de salmón. También ofrecem galettes, crêpes de trigo sarraceno, un plato tradicional de Bretaña, la clásica quiches de jamón, queso y huevo y después tenemos una de pollo, una de salmón y ricotta. Hay también ensaladas y unos platos tradicionales pero no únicamente franceses: se juegan con un ceviche.
Si se quiere sumergirse en un plato francés tradicional el boeuf bourgignon es un lujo pocas veces probado en este lado del Atlántico con la calidad con que Merci lo prepara. Es típico de una región al sudeste de París, del que toma su nombre. Se elabora con carne sencilla macerada en vino tinto con especias durantee y se sirve con un mil hojas de papa cocinado al horno.
El visitante explora Francia en un viaje que lo pasea por algunas de las esencias del ser tradicional local, tal como lo propone el marco que cobija.
Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello