Artista. Rock Alternativo. Gabriel Merez trae toda la vibra del glam rock de los 70’s a la rigidez del mundo actual. Actuando como su propio productor, e inspirado por la producción de artistas como Tame Impala y Zoé, Gabriel empezó a trabajar sus canciones desde un sonido de rock psicodélico, llevándolas por terrenos desérticos, sintetizadores de ciencia ficción, funk, disco y otros elementos (musicales y no) que expresan de manera precisa las melancolías del artista.
El Final, como lo define Merez, es una mezcla de rock psicodélico, guitarras western, baterías ponchadas y una producción pop que lentamente te atrapa en un desfile solitario por el desierto del cual regresas con un sabor de boca a triunfo y decisión. La canción habla de seguir avanzando, contra todo obstáculo, en una especie de recorrido personal hacia la gloria, hasta llegar a un final y decidir si aquello valió la pena o no. Es así como el artista nos invita a vivir indefinidamente en la plenitud del momento y preguntarnos si el camino es el correcto, si seguir o si volver.
Desde muy niño Gabriel creció con una gran curiosidad e interés por el arte, y usaba la música como recurso para divertirse (a él y sus compañeros) durante el recreo. Pero no fue hasta que tuvo su primera banda, a los 16, que su vida empezó a girar en torno a la música, junto con las experiencias que dicha decisión trae consigo. Un día normal, en aquel entonces, consistía en hacer tareas desde el estudio de música de su escuela, escuchando a bandas como Zoé, Porter y M83, trabajar las canciones de la banda con los sonidos que se escondían en aquel cuarto, y conectar con la escena local desde los escenarios que aún sobrevivían en el Barrio Antiguo de Monterrey.
Cargado de esa esencia enérgica, Gabriel estudió producción musical en Berklee y trabajó con músicos de diversos estilos lo que fueron sus primeros sencillos y EP. Con este último comenzaría a entender que su labor como artista no acaba donde los acordes y letras, si no que, al estilo de Kevin Parker con Tame Impala, debería ser él mismo quien plasmara toda una emoción a través de la producción de sus canciones. Desde entonces Gabriel pasaría a ser también productor, usando ese lente para producir sus propios proyectos y los de otros artistas.
Si bien las inspiraciones van cambiando, el sonido de Gabriel Merez mantiene como constante el sello del rock alternativo y psicodélico. Pasando por suaves y melancólicos panoramas acústicos, como lo son Él y Ella y Satélites, canciones cargadas de distorsión y psicodelia como lo es Brown, o un blues rock con tintes western como lo es El Final, su música nos recuerda de la importancia de vivir el presente en plenitud, en el que la música actúa como banda sonora del momento que vivimos.