Reconocer los errores, dar un trato personalizado y pedir opiniones son algunas acciones para poner en el centro a los clientes, lo que te ayudará a impulsar tu empresa.
Cuando queremos abrir una empresa, invertimos mucho tiempo pensando en cómo va a funcionar, quiénes serán los colaboradores y hasta dónde estará alojada. Sin embargo, en este proceso, a veces perdemos de vista al elemento más importante para alcanzar el éxito: los clientes.
Antes, los negocios estaban enfocados en cómo funcionaba la estructura o en desarrollar grandes campañas de marketing, pero ahora las cosas han cambiado. Hoy, la opinión de los clientes tiene más peso que nunca. La recomendación boca a boca puede tener grandes repercusiones en el crecimiento de un proyecto; por ejemplo sabemos que el 90% de los compradores gastan más si la atención con ellos es excelente. Este es tan sólo indicador de por qué es importante repensar la forma en la que ofrecemos un servicio o producto.
“Las cosas han cambiado en las empresas, ahora la clave son los usuarios, pues son los que pueden hacer que crezcas o que te vayas en picada. De hecho, según un estudio, la credibilidad lo es todo para que te recomienden, pues mientras el 55% de las personas ya no confían en las marcas, el 81% dijo confiar en los consejos de amigos y familiares sobre qué consumir”, afirma Carolina Samsing, directora de Marketing de Iberoamérica de HubSpot, la plataforma que ayuda a los negocios a crecer mejor.
Tomando en cuenta lo anterior, HubSpot comparte algunas prácticas para que las personas estén realmente en el centro de una estrategia comercial:
*Llama su atención con cosas significativas
No les hagas perder el tiempo. La gente en la actualidad es más impaciente y si no están satisfechos lo hacen saber a través de medios como redes sociales. Si vas a ofrecer algo, hazlo de manera inteligente, que sea realmente valioso, no una cortina de humo que al final no va a ser lo que esperaban.
*Estás tratando con individuos, no con números
Está bien tener bases, algoritmos y contar con perfiles sobre los clientes, pero en nuestra época el trato personalizado es sagrado. Los consumidores quieren que sepas quiénes son, pero sobre todo que la interacción sea cuando, donde y como ellos quieran. Trátalos uno a uno.
*Resuelve sus problemas antes nada
A los usuarios no les importa cómo son tus procesos, tu estructura o qué cosa está fallando, ellos lo que quieren es que cumplas tu palabra de que resolverás sus necesidades. Prepárate para darles soluciones fáciles y rápidas, si te contratan es para hacer su vida más fácil, no para tener más problemas.
*Pide opiniones y actúa conforme a ello
Nadie sabe mejor lo que quiere que tus propios clientes. Pregúntales, usa cada oportunidad para saber su opinión, pero sobre todo, ¡tómalas en cuenta! No sirve de nada una retroalimentación si se queda en papel. Convierte la sugerencias en acciones.
*Transacciones claras, relaciones largas
Cuando alguien está decidido a comprar algo, el precio pasa a ser una cuestión secundaria; sin embargo, si no eres claro con ese tema, se pueden ir con la competencia. Las personas no quieren hacer cuentas, quieren que les digas de manera transparente y sencilla lo que tienen que pagar, cuáles son los descuentos, así como tener disponibles métodos fáciles de pago.
*Reconoce tus errores
No poner a los clientes en primer lugar puede traer consecuencias, pero lo relevante es darnos cuenta a tiempo, pedir disculpas e intentar enmendar la situación de manera inmediata. En un estudio de HubSpot se encontró que el 98% de las personas están dispuestas a seguir comprando en una marca que enfrenta la situación, se disculpa y resuelve.
“Si tu empresa se concentra en ofrecer soluciones prácticas para las personas, se verán resultados positivos. El compromiso ante todo es con ellos, por lo que cada modificación interna debe funcionar para que la cadena de procesos mejore y eso se refleje en su experiencia. Al final de cuentas, cómo te ve el público influye en cómo te va. No hay que olvidarlo”, concluye Carolina Samsing.