A pesar de los continuos avances en materia de tecnología e ingeniería en los últimos tiempos, miles de accidentes de tránsito suceden cada año en prácticamente todos los países del mundo. Sin importar toda la dedicación que la tecnología pueda poner al servicio de las compañías de autos, o el completo cuidado que pueden tener quienes los conducen, los accidentes automovilísticos son eso, accidentes, y por tanto no pueden evitarse.
Casi todas las personas se han visto involucradas al menos una vez en algún accidente de tránsito en la vía pública, o al menos varios de sus seres queridos han sido parte de uno. En ocasiones solo conllevan pérdidas económicas, donde debemos estar agradecidos de que el daño no haya sido mayor. Pero en otras tantas, una o más personas resultan heridas, muy probablemente por la negligencia de alguien más.
Si bien muchos optan por dejar que la compañía de seguros implicada se haga cargo de los daños producidos al vehículo, con tal de que el mismo quede como antes y finalice de una vez el mal trago, esta podría no ser la mejor solución. La víctima de un accidente automovilístico debe recuperarse completamente del hecho. Recibió una lesión en su cuerpo por la cual no debe aceptar ninguna falta propia, dado que si hubiera sido por él, esa herida no hubiese existido.
En ese contexto, obtener la indemnización que le corresponde conforme a los preceptos legales a cualquier ciudadano es muy difícil o prácticamente imposible sin un accionar profesional y adecuado en cada paso. Allí emerge la figura del abogado de accidentes de coche. La compañía de seguros puede cubrir los daños materiales, pero no deja de ser un negocio, y como tal se inclina por no darle a la víctima la oferta total que le corresponde para cubrir la totalidad de los gastos y la pérdida de potenciales ganancias al no poder trabajar o continuar con los trámites de la vida diaria del afectado.
Luego de ser víctima de un accidente, o de que un familiar lo haya sido (o haya incluso fallecido), el primer paso lógicamente es tomar todos los recaudos médicos pertinentes para que se lleven a cabo todas las curaciones y análisis adecuados. Pero al momento de contactarse con la compañía de seguros, es de vital importancia que la víctima no acepte la primera oferta de liquidación de la compañía, o al menos no lo haga sin antes consultar con un abogado experto en casos de lesiones personales y de accidentes de tránsito.
Esa primera oferta por lo general refleja su necesidad de deshacerse rápido de un caso que probablemente obligue en el futuro a la compañía de seguros a tener que hacerse cargo de una compensación de daños mucho mayor. Es por ello que la primera oferta que recibe la víctima suele sonar muy convincente, lo que no significa que sea suficiente. Todas las eventualidades deben ser tomadas en cuenta si se espera obtener la indemnización adecuada.
El hecho de que un gran porcentaje de casos finalice sin necesidad de llegar a la corte, no implica que la víctima tenga que conformarse con una cantidad de dinero inferior a la correspondiente. Contactarse con un abogado especializado en accidentes automovilísticos ayudará al cliente a que su reclamo avance de la forma más pertinente y se adecúe a los preceptos legales aplicables al caso, como así también a que todas las circunstancias concernientes al accidente queden documentadas a la perfección.
Además, el abogado le garantizará a su cliente los testigos expertos requeridos para el caso de que se llegue a la corte, y la completa precisión en los documentos presentados a la compañía de seguros o al tribunal, según corresponda. Estará comprometido a desarrollar su trabajo de la forma más profesional y hábil, en busca de la mejor resolución que pueda obtener según el caso en cuestión, ya sea aceptando una oferta en concreto o llevando el caso a la corte.
Sin dudas una de las ventajas más importantes para la víctima, es cuánto cuesta contratar a un abogado de accidentes automovilísticos. Casi siempre la primera consulta resulta sin cargo para el lesionado; y si este no gana su caso, el cliente no debe abonarle nada. De esta manera, se garantiza el mejor trabajo y esfuerzo posible por parte del profesional, quien agotará las medidas que estén a su alcance para llegar a la mayor indemnización posible, generando que él mismo también pueda obtenga buenos ingresos gracias a su trabajo.
Es por ello que nadie pone en riesgo su poder económico al consultar con un abogado ante un accidente automovilístico. Como en muy pocos ámbitos de la vida le va a suceder, el cliente goza de garantías que casi ningún profesional de otro ámbito puede darle. Solamente deberá encargarse de recopilar toda la documentación, fotos, videos, conversaciones, fechas, horarios y declaraciones de testigos que en el futuro terminen por acompañar y complementar su versión de los hechos y así obtenga la indemnización que le corresponde.