El esquema tradicional de ERP está migrando hacia un nuevo modelo, el i-ERP (tal el nombre que le asignó la consultora de mercado IDC), sistemas inteligentes que incorporan características que van mucho más allá de cuestiones transaccionales:
- Contemplan la experiencia del usuario.
- Incorporan conceptos de inteligencia artificial.
- Por ejemplo: aprovechan tecnologías como machine learning para explotar conjuntos masivos de datos.
- Utilizan el aprendizaje y el análisis predictivo para producir mejoras continuas en el proceso comercial.
- Detectan automáticamente excepciones en los procesos y lidian con ellas.
- Recomiendan acciones a seguir.
Así, mientras la primera generación de ERP estaba diseñada para optimizar los procesos comerciales (finanzas, contabilidad, ventas, compras, producción, gestión de clientes, cadena de suministro, recuersos humanos, entre otros), para recopilar datos y para automatizar las operaciones.
El gran cambio con el i-ERP es que incorpora otras dimensiones: capacidad de análisis, de pronóstico y de aprendizaje para mejorar y gestionar esos procesos comerciales. La interacción humano-máquina le permite brindar una experiencia de usuario asistida y conversacional que también se refina con cada nueva interacción.
La era de acumular datos sin un sentido claro se acabó: las empresas más competitivas en la era digital son aquellas que obtengan ya no solo conocimento, sino además aprendizaje de su información. La nueva generación de ERP inteligentes se consolidan, de esta manera, como la columna vertebral para las organizaciones que quieran emprender el recorrido hacia la transformación digital.