El 11 de julio se conmemora en Argentina el “Día nacional del bandoneón”. La fecha fue elegida por ser la del nacimiento de Aníbal Troilo “Pichuco”, también apodado el “Bandoneón Mayor de Buenos Aires”.
Así lo establece la ley 26.035 sancionada el 18 de mayo de 2005, que fuera promovida por Francisco Torné, nieto de Zita Troilo y por Horacio Ferrer, poeta e historiador del tango, amigo de Pichuco.
Previamente, en abril del año 2000 la ciudad de Buenos Aires había sancionado la ley 366 que decretaba esa misma fecha como “Día del bandoneón” y constituyó un sólido precedente.
Aníbal Carmelo Troilo, alias Pichuco (Buenos Aires, 11 de julio de 1914 – 18 de mayo de 1975), fue un bandoneonista, compositor, director de orquesta de tango argentino.
“Un tanguito”
Compuesto por Carla Pugliese en el año 2012, este tema inspiró la letra que más tarde le escribiera Jorge Padula Perkins, motivado por la experiencia de la propia Carla que, pianista consolidada y formada desde la infancia, denotó enamorarse del fueye, por aquel mismo 2012 cuando lo tuvo como co-protagonista músical, e inclusive visual del diseño del disco “Milonga sola” en donde la artista incluyó, entre otros temas de su creación, a “Un tanguito”.
La letra patentiza el vínculo emocional, artístico y cultural que se genera entre el bandoneonista y su instrumento. En ese contexto poético evoca a algunos de los históricos músicos que lo ejecutaron, tales como Eduardo Arolas, Astor Piazzolla, Rubén Juárez y el mismo “Pichuco” Troilo.
En este 2020 en cuarentena y con el guitarrista Carlos Loverso como invitado, Carla Pugliese (en bandoneón) ofreció por redes sociales una pista con la que convocó a vocalistas a cantar “Un tanguito”. Como respuesta se conocieron seis versiones que pueden encontrarse en Youtube ( Esperanza Barcos, Flavia Piraino, Carlos Habiague, Roberto Guiet, Diego Arenales, Alejandro Pesaressi).
La letra.
Suena y suena el bandoneón
al ritmo del corazón.
Vibra, voz del arrabal,
que hace del tango su dios.
Late el fueye en el compás.
Su alma torna en realidad.
La milonga es su lugar.
Dos por cuatro y tanto más.
Te busca y te enamora,
te sigue a toda hora.
Está en vos.
Y es casi una obsesión
lo que te inspira el bandoneón,
a fuego lento de pasión.
El alma de Piazzolla,
el corazón de Arolas…
latiendo.
Y es pura inspiración
en tu regazo el bandoneón,
sabor a tango y seducción.
Canta y llora el bandoneón,
alegría o desazón.
Tango y barrio en el plural
de presencias o de adiós.
Su sonido singular
trama en tango sin dudar.
Dos por cuatro es su verdad;
sombra y luz para bailar.
Te busca y te enamora,
te sigue a toda hora.
Está en vos.
Y es casi una obsesión
lo que te inspira el bandoneón,
a fuego lento de pasión.
Las manos de Pichuco,
la muñeca de Juárez…
Pulsando.
Y el fueye en su compás
con sus suspiros de canción…
el respirar del bandoneón.