Se ha inaugurado un circuito de castillos y casas rurales privadas para recorrer esta región de Italia viviendo en «casas particulares». Armamos la ruta para no perderse las más pintorescas.
Antiguas edificaciones de enraizadas fortunas se encuentran salpicadas en algunas de las zonas más bellas de Italia. Vivir allí es viajar en un espacio/tiempo propio. Las hay para todos los gustos: en castillos reformados, en palacios reconvertidos, en áreas rurales, o en graneros puestos con estilo de príncipes. En sitios cercanos a los centros más codiciados, vale la pena tomar un poco de distancia para una experiencia diferente. Existen muchas fuentes para llegar a ellas: Airbnb es una fuente segura y diversa. Para contactar directamente con familias para una experiencia local: Traveling Spoon. Si se quiere optar por el lujo selecto The Trust Collection o My Private Villas y, finalmente, la posibilidad de sitios elegidos por algunas cadenas como Belmond que se comprometieron en la puesta en valor de lugares históricos con respeto por lo local.
Los restauradores del Duomo
Célebre por su producción de objetos de terracota a partir de arcilla colorada, su centro asombra con una iglesia del 1060 que ha sido edificada sobre los restos de un espacio de veneración etrusca del siglo sexto antes de Cristo. Allí mismo se expone uno de los más antiguos objetos textiles que se registra en Europa, el llamado «almohadón de Impruneta». Esa ciudad es un secreto se esconde unos pasitos tierra adentro: Villa Leon Lori. Inmersa en la región del Chianti, el vino más famoso de Italia, a aparece la propiedad de la familia de Simone, rodeada de otras casas similares, con grandes espacios verdes, viñedos, vida de campo y villas típicas de la Toscana. Este es uno de los hitos que el proyecto Traveling Spoon tiene en Europa. Una red de personas que invitan a los viajeros a experimentar a través de la gastronomía hecha en casa, en familia, como habitantes locales, y a dormir allí, si uno lo desea.
Quien recibe es Simona. Su madre, en tanto, que es quien cocina y quien acompaña. Ella es luminosa. Agradable, simpática, tiene muchas ganas de establecer diálogo y contar historias de su familia, su casa, la comida y la historia de la zona. El abuelo de Simona y su padre son titulares de una empresa de restauración que, entre otras cosas, realizó la obra de todos los edificios famosos de Florencia.
La experiencia es realmente casera. Se sirve en las ollas originales de la casa. No está perfecta, ni la vajilla, ni la presentación de la comida. Eso es magnífico. Todo es muy abundante. La casa es amplia y sencilla, pero espera allí todo lo que puede esperarse de la zona: pileta, cancha de tenis, viña, olivar, especias, caminatas y horizonte.
Entre monjes del siglo XII
Un departamento que todavía conserva la estructura original, dispone para el visitante de todo el primer piso. María Rita y Alessio lideran una familia que vive allí y comparten la estadía con los visitante. Su propiedad está a unas cuadras del centro de Florencia, fuera del espacio restringido para la circulación vehicular, lo que permite llegar en auto y estacionar allí mismo. El transporte público que lleva hacia el Duomo queda a 200 metros del monasterio.
Presentan una sabia combinación de arquitectura clásica y decoración moderna, con recuerdos de sus numerosos viajes cosmopolitas. La zona es apacible en contraste con el bullicioso Ponte Vecchio, con tiendas y una gran heladería. Además de la inmersión en la vida familiar de florentinos, se experimenta una rutina urbana con horarios de trabajo y momento para hacer las compras.
Leonardo y Miguel Angel
Fiesole se encuentra a 8 km. de Florencia. Fue probablemente fundada en el siglo VIII a. C. por los etruscos. En el siglo XIV, Boccaccio, un narrador italiano escribió un famoso conjunto de historias conocido como «El Decamerón» en estas colinas. La Villa San Michele comenzó su vida en el siglo XV como un monasterio franciscano, con un impresionante diseño de fachada atribuido a Miguel Ángel. Desde allí realizó sus primeros ejercicios de vuelo Leonardo Da Vinci. Hoy es uno de los retiros más bellos e icónicos de Europa. Con vistas panorámicas inigualables sobre Florencia y el valle de Arno, junto con un restaurante con frescos de clase mundial y cuidados jardines italianos.
Reconvertida en hotel, mantiene la estructura de monasterio, con celdas que se transformaron pequeñas villas privadas, donde los espacios abundan, la quietud monacal se mantiene y las experiencias incluyen búsqeda de bayas, cultivo de olivo, cocina típica familiar y el Chianti Sculpture Park en el pequeño pueblo de Pievasciata. Conducir a través de suaves colinas, viñedos y olivares, pasando por granjas de piedra y altos cipreses, antes de bajar a un camino blanco, sin pavimentar, característico de la región. Allí se llega al país de las maravillas de Piero y Rosalba Giadrossi, un encantador sendero de esculturas de 1 km que serpentea a través de un robledal. Entre las sorpresas cercanas se encuentra el Castello di Brolio, la bodega más antigua de Italia.
La vieja torre
Un sitio que se crea a partir de la restauración de un antiguo establo abandonado situado en el centro de una pequeña aldea rural llamada Sanguineto. Enclavada en el corazón de la campiña donde los métodos tradicionales de cultivo de la vid y el olivo todavía son la regla. Con la sabiduría de mezclar tecnología y materiales originales, la propuesta conserva su toda la estética original con los recursos del buen vivir: calefacción central, electricidad propia, jardín privado, cocina… y vistas, de esas que dejan mudo hacia el paisaje circundante. Un sitio donde nada se escucha meas que la naturaleza.
La torre es pintoresca y cómoda y ofrece una experiencia única. Los perfumes de la lavanda y el romero hacen que sentarse fuera sea extraordinariamente especial. Se accede con vehículo propio y contar con él invita a recorrer los pueblos y bodegas que circundan el lago Trasimeno.
Vista al paisaje
La Toscana también invita a recorrer sus colinas. Una experiencia tan rica como la de las vides se puede experientar en el Castelo Di Segalari, un sitio donde el medioevo se respira en las paredes de piedra expuesta. Su Sala Lombarda es un salón que revive la época de las cruzadas con una fuerte biblioteca y riqueza en el mobiliario. Dos comedores, uno formal y otro de diario, reproducen las costumbres ancestrales de la vida familiar.
Nueve habitaciones y todas las experiencias de la vida moderna, se reúnen en el sitio: pool, pileta, cancha de tenis, área de yoga, capilla propia… Recibe hasta veinte visitantes simultáneamente y sólo se alquila completa.
Palacio en la colina
Una modesta casa de campo del siglo XIV, ubicada entre laderas icon viñas y olivos, Villa Salviatino, en la zona de Maiano, en la empinada ladera al sur de Fiesole, es una villa toscana con vistas a Florencia. Aunque muchos estudios y rastros indican que la estructura original construida en este sitio fue una fortaleza romana, los primeros documentos registrados se remontan al siglo XIV. A lo largo de los años, fue restaurada por algunas de las familias de élite de Florencia. A finales de 2016, Il Salviatino quedó bajo la propiedad de Alessandra Rovati Vitali, fundadora y directora de arte de Tearose. Emprendedora, artista brillante, diseñadora innovadora e inspiradora de tendencias, quien está incorporando una estilo de marca distintiva basada en el estilo italiano y el gusto internacional.
Con frescos originales, jardines orgánicos y una terraza con vistas de Florencia y el Duomo, propone la caza de trufas en los terrenos de la propiedad hasta las visitas privadas a las bodegas y las cenas toscanas de estilo familiar. La villa está rodeada por cinco hectáreas de parque privado.
En el reino Médici
El Giardino di Boboli mira al Arno desde el sur, escondido tras el Palacio Pitti que fuera propiedad de esa familia, rival de los Médicis. Ellos compraron originalmente el terreno en 1550. El jardín que se extiende hacia un lateral es del siglo XVII. Fue creado sobre una vieja cantera que era utilizada como espacio teatral donde se estrenaron algunas de las primeras óperas. Esta residencia aristocrática construida a fines del siglo XIX por el arquitecto Pietro Comparini a pedido del Baron Oppenheim. La obra refleja los estilos arquitectónicos de este periodo.
Villa Cora, inaugurada cuando Florencia era la capital del Reino de Italia, se ha convertido con los años en uno de los mayores símbolos culturales y cosmopolitas de Florencia. Se ha ganado su reputación luego de hospedar a huéspedes internacionales de gran importancia, tales como la Princesa Eugenia, esposa de Napoleón III, y el músico francés Claude Debussy y es considerada la residencia más hermosa de la capital toscana. Luego de varios cambios de dueños, se convirtió en un gran hotel a fines de 1960 y reabrió en 2010 luego de un detallado programa de restauración de 3 años que trajo a la luz dos centurias de historia de Florencia.
Es posible alojarse en la villa principal, con toda la estructura tradicional de salones concatenados, el piano nobile como espacio central y vistas circundantes desde todas las ventanas. Pero también es posible hacerlo en algunas de las villas privadas con vistas a los Jardines Boboli fuera del edificio principal. La buena vida tiene perfume y se huele en sus jardines.