Bajo el alías de Bugboy Scream, Lot Schacht hace un proyecto de música electrónica experimental que toma la música, los videojuegos y la tecnología de las computadoras como su motor de composición. El proyecto tiene como referencias de inspiración el manga de Hideshi Hino «The Bug Boy» y el algoritmo de Pokemon Esmeralda.
“Keygen” comienza con un sample de ruido digital que se mantendrá hasta el final imitando lo invasivo de estos programas donde poco a poco empieza a surgir el beat y el bajo. Construído sobre 7/4, Keygen habla sobre la adicción por el scroll infinito, la idea de la tecnología de inteligencias superiores y de un control más allá de lo que entendemos que nos mantiene siempre esclavos de algún dispositivo.
La idea sonora del proyecto tiende a ser lo menos humano posible con el uso de vocoder y text-to-speech para las voces, sintetizadores y samplers completamente secuenciados para llegar a esta música súper computarizada y mecánica.
“Keygen” viene acompañado de un video para su lanzamiento. La historia dentro del clip sigue a una persona común que explora internet en busca de respuestas, desliza en su dispositivo móvil, ve televisión y conduce a su destino pero todo a su alrededor sufre glitches mientras vive su día.
Estos glitches le muestran una realidad donde sólo existe siendo transportado automáticamente por un vehículo en forma de cerebro en medio de la nada hacia ningún lugar dando a entender que su mundo real y todo lo que contiene sólo existe en su mente.
Todo lo que representa Bugboy Scream gira en torno a las computadoras, el internet y las redes sociales y cómo estas cosas, con el papel fundamental que les hemos dado, afectan cada aspecto de nuestras vidas todos los días.
Tanto como “Keygen” y “Spam”, su sencillo anterior, serán parte de Wifi Wizard III, un álbum que complementará el concepto de la tecnología y su importancia en nuestro día a día.
Siguiendo en este concepto, la parte visual de este proyecto es completamente digital, en su mayoría, renders 3D que fortalecen la idea de estar escuchando en la música la voz de una verdadera inteligencia artificial que ha creado algorítmicamente sonidos e imágenes llamativas, así como una representación gráfica de sí misma, para que el mensaje sea distribuido fácilmente entre las personas gracias a la hiperconectividad.