RK7 Producciones se enorgullece en presentarles una obra que le pone un broche de oro a un año particularmente difícil para la escena independiente. ¿Qué une a los sellos emergentes actuales? Seguramente las dificultades para continuar adelante con sus proyectos, editando material de los y las artistas de cada territorio… Aunque en ocasiones, un motivo de comunión es la manera de sentir, pensar y hacer las cosas.
Precisamente de esto hablamos hoy. Esperamos contar con su valioso apoyo y agradecemos de antemano cualquier réplica en sus espacios.
Los designios de las nuevas tecnologías hoy permiten pensar a algunos proyectos, otrora inalcanzables, como viables. Luego aparecen las nuevas formas de vincularse, conocerse, intercambiar conocimientos y producciones… en fin, acciones que separadas no hacen a una gran obra, pero; ¿se imaginan cuál sería el resultado de una mixtura de conceptos bien expresados?
En este caso, se presenta como una amalgama que hace explorar nuevos horizontes, insospechados. Un álbum con equilibrio, respeto y admiración mutua entre dos sellos emergentes, separados solamente por una cordillera.
Hoy ofrecemos un caso que ilustra la concreción de estos anhelos: un álbum que se erige como bandera de un suceso que merece atención. Su nombre es “Caldo Andino”.
Decir “compilado” es un escape fácil a la tarea de explicarlo. Y se queda muy corto. A diferencia de la mayoría de álbumes de estas características, en los que suelen exponerse las diferencias, “Caldo Andino” hace gala de los puntos de convergencia entre ambos colectivos. Alcanzan un lenguaje en el que los y las artistas de ambos sellos interactúan y comentan sus obras con naturalidad y fluidez.
Después de todo, es la misma hora en ambos países. ¿O me estoy confundiendo? ¿Acaso crearon una nueva patria? No lo sé, quizás nuestros lectores y oyentes lo puedan averiguar. La respuesta no está dentro de las metáforas, sino en el plato del día: en un sabroso “Caldo Andino”. Ingredientes para agasajar a los paladares negros.
Satisfacción garantizada.
Repasemos la receta:
Once canciones finamente seleccionadas
Catorce solistas & bandas
Cuarenta y cinco minutos de música
Un mismo sueño: romper todas las barreras. Las impuestas y las propias.
Damas y caballeros (y no tanto): el “Caldo Andino” está servido. Vayan a probar lo que esperamos (y preveemos) como el aperitivo del porvenir. Aún está caliente.