“Las adolescentes me ven como una referente porque me acepto como soy” LUCILA sufrió bullying, estuvo internada y la música la salvó.
LUCILA arrancó un 2019 con todo. Después de hacer su tercer Hard Rock Café el año pasado, recorrió la Costa Atlántica junto a su banda, ante diferentes públicos que la ovacionaron.
Presentando toda la potencia de su voz y su carisma, Lucila actuó en Mar del Plata y Miramar y ya largó con todo, en diferentes escenarios de Capital Federal. Se presentó, nada menos que en el Estadio Obras, abriendo y cerrando los PlayOff. También actuó en los acústicos abiertos del Auditorio de Belgrano.
LUCILA es una compositora y cantante independiente nacida el 20 de Enero de 1992 en Buenos Aires, con doble nacionalidad (argentina e italiana).
Desde temprana edad, su abuela le transmitió el amor la música y a los 15 años comenzó a componer.
En el 2016, logró grabar su primer albúm independiente y en 2017 partió a México DF, donde se presentó en bares y pubs de la ciudad.
De vuelta en Argentina, realizó cientos de shows en importantes lugares, entre ellos Liverpool Bar, Club Araoz, El Club de Música, Makena, ESTADIO OBRAS (apertura, entretiempo y cierre de los Playoffs de Basket), HARD ROCK CAFE Buenos Aires, Festival Miramar me Encanta, Playa pública de Mar del Plata, Festival del Orgullo Gay LGTBIQ, junto a artistas reconocidos como BENITO CERATI.
De la mano de AGW Prensa & Desarrollo fue apareciendo en medios de comunicación de todo el país.
Sus presentaciones pueden verse en su Instagram oficial.
En Enero del 2018 y del 2019 Lucila realizó giras por toda la Costa Atlántica argentina. Actualmente se encuentra trabajando con el productor “Chino” Asencio y con el Ingeniero de Mastering Antonio Baglio (Ganador de Grammy y Latin Grammy).
LUCILA en primera persona
“Hola, soy Lucila, tengo 26 años, soy cantautora y compositora argentina, y saqué mi primer disco hace 2 años.
Ahora me encuentro laburando en mi nuevo material musical con el reconocido productor “Chino” Asencio.
Estuve tocando en todos lados, desde México, hasta la Costa Atlántica, y por todos los lugares habidos y por haber, remándola mucho, y con mucho empuje y energía. Estuve en Radios y algunos programas de TV, y realmente estoy haciendo mucha movida para vivir de lo que amo: la música.
Pero no siempre todo fue color de rosa.
Cuando era chica sufrí bullying a causa de mi cuerpo. Siempre fui gordita, hice dietas desde que tengo 7 años de edad. Siempre hice mucho deporte porque mi familia me enviaba a deportes para que pueda controlar mi peso y descargar energía y la ansiedad (porque según todos los médicos yo comía por ansiedad).
La verdad es que nunca adelgacé mucho; tenía muchísima masa muscular; era muy buena en los deportes pero siempre fui “grandota”.
Siempre me odié, odiaba mi cuerpo, odiaba no poder hacer bien las dietas que me daban, odiaba sentirme presionada por ir a las “fiestas intercolegiales” y ser la gorda del grupo, ser la hija gorda, no poder usar jeans de nena porque tenía que usar jeans de mujeres más grandes.
Nunca fui obesa mórbida ni nada extremo, siempre tuve lo que muchos médicos llaman “sobrepeso estético”. Y si yo sufrí bullying por tener un sobrepeso “estético” no me imagino lo que deben haber sufrido las chicas y chicos con obesidades severas.
La sociedad me excluyó mucho tiempo.
A los 15 años estuve internada en un neuropsiquiátrico a causa de mi estado de ánimo.
Sentía mucho sufrimiento.
Realmente la pasé muy mal en mi adolescencia.
Y ahí empecé a escribir mis canciones. La música me sacó adelante.
La discriminación es terrible.
La sociedad juzga lo que es diferente a lo que ves en la tele, en las revistas. La gente hace ropa para que la gente entre en ella en vez de hacer ropa para vestir a la gente.
Más allá de esto, yo agradezco las cosas difíciles que pasé porque sentirme aislada y discriminada me hizo buscar alternativas para sentirme bien conmigo misma y poder sentirme libre expresándome artísticamente. Y en la música encontré eso.
Mi abuela me regaló mi primera guitarra. Ella cocinaba bárbaro y cantábamos juntas y claramente yo no podía ni quería hacer dieta cuando iba a su casa.
Iba muy seguido. Así que imposible hacer cualquier dieta.
Ella me mimaba a través de su comida casera y como hija de padre italiano, la comida en mi familia era un ritual muy importante y cocinar juntos y dar cariño en una mesa.
Hay gente que fuma, que toma alcohol, que se droga, y canaliza su ansiedad por ahí… Sus excesos. En mi caso, yo prefería repetir un plato de comida de mi abuela.
Soy de buen comer, en mi familia no hay ni hubo gente muy flaca.
Los que eran “flacos” lo eran porque «se mataban» de hambre. Y no es una excusa, es una realidad.
A mí me gusta comer, y bueno, hago deporte, salgo a caminar, tengo una bici fija en casa, tengo mis estudios médicos muy bien, como con poca sal, tomo mucha agua, pero me gusta repetir las porciones. Es mi único vicio. Pero me considero una “gordita sana”.
Hay gente sana y no sana. Hay gordos y hay flacos. Hay de todo.
Lo importante es sentirse bien con uno mismo. Y hoy puedo decir que me siento bien.
Me cuesta, a veces, porque la sociedad te condena “como vas a ser cantante si sos gorda”; pero esto es mi sueño y no voy a impedir que la mirada ajena me saque la felicidad que me da cantar y escribir mis canciones.
Además el mensaje no es “aguante la gordura”. El mensaje es “aceptate, seas como seas y anímate a perseguir tus sueños siendo como sos”.
Me han criticado en las redes pero también hubo chicas que me escribían por privado diciéndome que yo era una inspiración para ellas: no por ser gorda, sino por animarme a cantar arriba de un escenario haciendo lo que amo sin importar lo que la gente piense.
Yo tengo una diseñadora que me hace los vestidos que uso en cada show. Ella tiene muchos modelos de vestidos divinos y son a la medida del cuerpo. Y me siento muy cómoda.
Además de los vestidos a medida yo uso unas flores en la cabeza en honor a Frida Khalo, que es una inspiración para todas las mujeres. Ella convirtió el dolor en arte, y eso es algo increíble de compartir.
También las uso porque mi abuela adoraba los Alelíes y me cantaba “Capullo de alelí” y en honor a ella que ya no está también las uso.
Mi meta es poder seguir usando la música como mensaje de transformación.
Y vivir haciendo lo que amo: componer y cantar».