Podríamos definir a Martín Buscaglia como un verdadero melómano. Siente pasión por la música.
Le encanta descubrir nuevas canciones y nutrirse de ellas, dejarse cautivar y seducir por todos los ritmos y sonidos que llegan a sus oídos.
Ha sido así a lo largo de su dilatada carrera, donde ha colaborado a con otros artistas de prestigio como Fito Paéz, Jorge Drexler, Arnaldo Antunes, Juana Molina Julieta Venegas, Leo Masliah, Lisandro Aristimuño, Jaime Roos, Juana Molina, Os Mulheres Negras o Jackson Browne, además de haber compartido cartel con grandes personalidades como Paul McCartney o Caetano Veloso. Pero su excelente reputación no se limita a Latinoamérica; en España se ha ganado el reconocimiento de la crítica musical gracias a su trabajo con su amigo Kiko Veneno, con quién publicó un disco a dúo y participó en la producción de su último álbum «Sombrero roto». Sin olvidar su programa “La Casa del Transformador” que emitió durante tres años en Radio Gladys Palmera, donde fue absorbiendo sonidos procedentes de todos los lugares de Latinoamérica.
Una influencias que ha recogido en su nuevo disco “Basta de Música” (Lovemonk, 2020) . Álbum en el que recoleta todas las experiencias musicales que ha recogido durante la última década para brindarnos once canciones que van del rock al funk haciendo paradas en otros géneros como dub, psicodelia o cumbia. Aunque esta vez Buscaglia, afmado guitarrista, ha dejado que piano y percusión sean los protagonistas de su esperado regreso. No en vano, el compositor uruguayo llevaba casi diez años sin publicar disco en solitario y por eso este trabajo es muy especial para él: «Quería que el disco sonara como la música de una isla imaginaria». Gestando así su mejor álbum hasta la fecha.
Para ello se ha rodeado de un talentoso elenco de músicos a los que sólo dio una consigna: «que tocaran como si hubieran sido criados por una manada de lobos». Dando rienda suelta a su mayor virtud, su eclécticismo. Una cualidad que le ha supuesto nominaciones a algunos de los premios más importantes de la música (véase Premios Iris, Graffiti, MIN o Impala), forjando una de las carrera más importantes y destacadas de la música contemporánea uruguaya.
En un largo recorrido que hoy llega a la cima con este excelente “Basta de música”. Donde además Martín se confiesa abiertamente, hablándonos del que es el gran amor de su vida: la música.